Pasteleria: Son ideales para elaborar cremas, natillas, yema, hacer mermeladas, fundir azúcar, preparar jaleas y todo aquello que siendo cremoso o líquido precise un tratamiento por calor.
Cocina: facilitando el trabajo a la hora de hacer sopas, reducir salsas, guisar, hervir o escaldar.
Pescaderia: perfectos para cocer mariscos.
Charcuteria: es la solución para fundir grasas, cocer embutidos, preparar besamel, o confitar